Cambio de aires.
Elena Heras Fernández, 3º de Primaria.
Había una vez una niña llamada Nicky, que era huérfana y vivía en un orfanato. Un día fueron a visitar el orfanato una pareja que tenía mucho dinero y como se sentían solos querían adoptar algún niño o niña. Y eligieron a Nicky, que muy feliz se montó en una limusina. "Qué extraño", pensaba Nicky que nunca había visto cosa igual. Luego, llegaron a una casa muy grande... con jacuzzi y todo.
- ¡Guau! - exclamó Nicky.
- ¿Te gusta -dijo su "madre".
- Sí, mucho.
Entonces, los "padres" de Nicky le enseñaron su habitación.
- ¡Guau! -dijo Nicky al verla.
Era tan grande como su orfanato entero.
Los siguiente meses pasaron muy deprisa. Nicky comenzó a ir al cole, hizo nuevos y mejores amigos, comenzó a hacerse amiga de sus "padres"... Pero por desgracia un día las cosas no marcharon tan bien.
Había una vez una niña llamada Nicky, que era huérfana y vivía en un orfanato. Un día fueron a visitar el orfanato una pareja que tenía mucho dinero y como se sentían solos querían adoptar algún niño o niña. Y eligieron a Nicky, que muy feliz se montó en una limusina. "Qué extraño", pensaba Nicky que nunca había visto cosa igual. Luego, llegaron a una casa muy grande... con jacuzzi y todo.
- ¡Guau! - exclamó Nicky.
- ¿Te gusta -dijo su "madre".
- Sí, mucho.
Entonces, los "padres" de Nicky le enseñaron su habitación.
- ¡Guau! -dijo Nicky al verla.
Era tan grande como su orfanato entero.
Los siguiente meses pasaron muy deprisa. Nicky comenzó a ir al cole, hizo nuevos y mejores amigos, comenzó a hacerse amiga de sus "padres"... Pero por desgracia un día las cosas no marcharon tan bien.
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¿A que no sabéis lo que pasó?
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Pues os lo digo yo: Nicky tuvo un hermanito (por cierto se llamaba Jesús) y se llevaba muy mal con él, pero con el tiempo los dos crecieron y se hicieron muy amigos.
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