29 enero, 2011

"Un día estaba peleándome en la calle cuando un señor me dijo: Deja de pelear y ven.

Yo me fui impresionado. Entonces, él me dijo: Te voy a enseñar lo que es la paz... Y me enseñó a compartir, y lo bien que se siente uno cuando compartes.

Más adelante, me enseñó a ayudar a las personas.

Pasado un tiempo, aquel señor falleció; pero yo ya estaba preparado para enseñar a otra gente lo que es la paz"
(Adrián Pérez Merino, 5º de Primaria)

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La Paz nos ayuda
A vivir con tranquilidad,
Y eso nos supone felicidad.

Nunca olvides a la Paz
Porque ella es una realidad
Y puede ser un amigo
Que te guíe en tu buen camino.

La Paz ocurre lentamente.
Así que di conmigo:
¡VIVA LA PAZ PARA SIEMPRE!
(Natalia Verdejo, 5º de Primaria)

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La paz, una palabra
sencilla de verdad.
La paz, una palabra
que has de utilizar.

La paz es vida,
la paz es amor,
la paz está
hasta en el mas mínimo rincón.

Hay muchos niños perdidos,
que no saben decir que sí;
la paz es su camino,
su meta, su vivir.

Si miras con atención,
una paloma verás volar.
No temas, no te eches a llorar:
es la paloma de la paz.

Y ahora, con mucha alegría,
escribe tú una poesía...

Yo ya he escrito la mía.
(Helena Heras, 5º de Primaria)

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Una palomita
vuela sin parar
y reparte a todo el mundo
gotitas de amistad.

Un gorrión
piensa sin cesar:
Qué bonito sería el mundo
si reinara la paz.

Un mirlo cantarín dice así:
Si paloma y gorrión
tuvieran razón,
todas las mañanitas
cantaría yo.
(Nadia Azcutia, 5º de Primaria)

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La paz es bonita
por las palomitas,
blanquitas,bonitas,
blancas palomitas.

No queremos guerra,
sino paz en la Tierra.

El color blanco significa
paz; en cambio el rojo
significa amar.

Volar,volar,dulces
palomas de la paz.

A algunos les gusta
la paz; a otros, en cambio,
les gusta matar.

Tú nunca dejes de amar,
porque la alegría significa
paz.

Aunque no te guste la paz,
siempre estarás en mi mente.
Nunca serás mi pasado, pero sí
mi presente.
(Beatriz Blázquez, 5º de Primaria)

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A la orilla de un riachuelo, vivían dos ganaderos con sus familias. Norberto y Federico discutían porque no había mucha agua en el río como para dar de beber a todos los animales. Sus mujeres, hartas de las continuas peleas, subieron a la montaña para cortar el agua construyendo una presa. Al levantarse los granjeros, y ver que el río se había secado, comprendieron lo importante que era el agua para los dos. Entonces, reunieron a las familias para construir un pozo cuanto antes. Desde aquel momento, los dos granjeros no volvieron a discutir por el agua y reinó la paz entre las dos familias.
(Juan Carlos Díaz, 5º de Primaria)

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Si tenemos paz,
tendremos felicidad.

Si no tenemos paz,
tendremos maldad.

Con la paz,
ganamos todo.

Sin la paz:
guerra, hambre y todo el mal.
(Mario, 5º de Primaria)

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LA PAZ ES VIDA,
LA VIDA ES PAZ;
SI POR LA NOCHE
VES A LA PALOMA,
REZA POR LIBERTAD.

QUEREMOS BAILAR,
QUEREMOS CANTAR
Y CELEBRAR LA PAZ.

ME GUSTARÍA
QUE ALGÚN DÍA
REINE LA PAZ.

SI NO REINA,
ME VOY A ENFADAR.
(Alejandra de Soto, 5º de Primaria)




25 enero, 2011

LA PAZ
Dicen que la Paz tiene un día,
que es solo amor y simpatía.
Ojalá esto fuera siempre,
y no solo un sueño de la gente,
aunque hay personas que la conocen
no se acerca lo suficiente.
Mi Paz es libertad,
una barrera entre el odio
y un escudo hacia la maldad.
Un corazón es guía,
de la más pura alegría,
la luz en una noche oscura.
Sin la Paz, todo sería locura.
(Javier Castro, 6º de Primaria)
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Día de la Paz
La blanca paloma
Nos quiere enseñar
Que un pueblo sin guerra
Hemos de alcanzar.
Nos trae alegría,
la paz, el amor,
Y quiere que todos
Vivamos mejor.
(Manuel Pérez Alcázar, 6º de Primaria)
.
La paz
La paz, árbol
de la alegría,
está siempre
en mi vida,
con trabajo
y amor,
todo lo consigo yo,
con esfuerzo
y valentía,
lucho por mi vida,
porque la paz
siempre será mi guía,
por la noche
y por el día.
(Héctor Salinas Tejedor, 6º de Primaria)
La paz es
bonita como una flor,
generosa como un libro,
brillante como el sol,
tranquila como el silencio,
alegre como una canción,
divertida como una fiesta,
valiosa como un tesoro y
grande como el amor.
(Rubén Román, 6º de Primaria)

21 enero, 2011

Tres cuentos cortos para el Día de la Paz.

En la ribera del Oka vivían felices numerosos campesinos; la tierra no era fértil pero, labrada con constancia, producía lo necesario para vivir con holgura y aún daba para guardar algo de reserva.

Iván, uno de los labradores, estuvo una vez en la feria de Tula y compró una hermosísima pareja de perros sabuesos para que cuidaran su casa. Los animalitos al poco tiempo se hicieron conocidos por todos los campos de la vega del Oka por sus continuas correrías, en las que ocasionaban destrozos en los sembrados; las ovejas y los terneros no solían quedar bien parados.

Nicolai, vecino de Iván, en la primera feria de Tula compró otra pareja de perros para que defendieran su casa, sus campos y sus tierras.

Pero, al tiempo que cada campesino –para estar mejor defendido- aumentaba el número de perros, éstos se hacían más exigentes. Ya no se contentaban con los huesos y demás sobras de la casa, sino que había que reservarles los mejores trozos de las matanzas y hubo que construirles recintos cubiertos y dedicar más tiempo a su cuidado.

Al principio, los nuevos guardianes riñeron con los antiguos, pero pronto se hicieron amigos y los cuatro hicieron juntos las correrías.

Los otros vecinos, cuando vieron aumentar el peligro, se hicieron también con sabuesos, y así, al cabo de pocos Años, cada labrador era dueño de una jauría de 10 ó 15 perros. Apenas oscurecía, al más leve ruido, los sabuesos corrían furiosos y armaban tal escándalo que parecía que un ejército de bandidos fuera a asaltar la casa. Los amos, asustados, cerraban bien sus puertas y decían:

- ¡Dios mío! ¿Qué sería de nosotros sin estos valientes sabuesos que abnegadamente defienden nuestras casas?

Entretanto, la miseria se había asentado en la aldea; los niños, cubiertos de harapos, palidecían de frío y de hambre, y los hombres, por más que trabajaban de la mañana a la noche, no conseguían arrancar del suelo el sustento necesario para su familia. Un día, se quejaban de su suerte delante del hombre más viejo y sabio del lugar, y como culpaban de ella al cielo, el anciano les dijo:

- La culpa la tenéis vosotros; os lamentáis de que en vuestra casa falta el pan para vuestros hijos, que languidecen delgados y descoloridos, y veo que todos mantenéis docenas de perros gordos y lustrosos.

- Son los defensores de nuestros hogares- exclamaron los labradores.

- ¿Los defensores? ¿De quién os defienden?

- Señor, si no fuera por ellos, los perros extraños acabarían con nuestros ganados y hasta con nosotros mismos.

- ¡Ciegos, ciegos! –contestó el anciano- ¿No comprendéis que los perros os defienden a cada uno de vosotros de los perros de los demás, y que si nadie tuviera perros no necesitaríais defensores que se comen todo el pan que debiera alimentar a vuestros hijos? Suprimid los sabuesos, y la paz y la abundancia volverán a vuestros hogares.

Y siguiendo el consejo del anciano, se deshicieron de sus defensores y un Año más tarde sus graneros y despensas no bastaban para contener las provisiones, y en el rostro de sus hijos sonreía la salud y la prosperidad.

León Tolstoi

30 de enero día de la paz

En un pequeño pueblo, una mujer se llevó una gran sorpresa al ver que había llamado a su puerta un extraño, correctamente vestido, que le pedía algo de comer.

· “Lo siento”, dijo ella, “pero ahora mismo no tengo nada en casa”.

· “No se preocupe”, dijo amablemente el extraño. ”Tengo una piedra de sopa en mi cartera; si usted me permitiera echarla en un puchero de agua hirviendo, yo haría la más exquisita sopa del mundo. Un puchero muy grande, por favor.

A la mujer le picó la curiosidad, puso el puchero al fuego y fue a contar el secreto de la piedra de sopa a sus vecinas. Cuando el agua rompió a hervir, todo el vecindario se había reunido allí para ver a aquel extraño y su piedra de sopa.

El extraño dejó caer la piedra en el agua, luego probó una cucharada con verdadero deleite y exclamó:

· “¡Deliciosa! Lo único que necesita es unas cuantas patatas.”

· “¡Yo tengo patatas en mi cocina!”, gritó una mujer. Y en pocos minutos estaba de regreso con una gran fuente de patatas peladas que fueron derechas al puchero.

El extraño volvió a probar el brebaje.

· ”¡Excelente!, dijo; y añadió pensativamente:

· “¡Si tuviéramos un poco de carne, haríamos un cocido de lo más apetitoso....!”

Otra ama de casa salió zumbando y regresó con un pedazo de carne, que el extraño, tras aceptarlo cortésmente, introdujo en el puchero.

Cuando volvió a probar el caldo, puso los ojos en blanco y dijo:

· ” ¡Ah, que sabroso! Si tuviéramos unas cuantas verduras, sería perfecto, absolutamente perfecto...”

Una de las vecinas fue corriendo hasta su casa y volvió con una cesta llena de cebollas y zanahorias. Después de introducir las verduras en el puchero, el extraño probó nuevamente el guiso y, con tono autoritario, dijo:

· “La sal”.

· ”Aquí la tiene”, acudió la dueña de la casa.

A continuación dio orden:

· “Platos para todo el mundo”.

La gente se apresuró a ir a sus casas en busca de platos. Algunos regresaron trayendo incluso pan y frutas. Luego se sentaron a disfrutar de la espléndida comida, mientras el extraño repartía abundantes raciones de su increíble sopa.

Todos se sentían extrañamente felices: reían, charlaban y compartían por primera vez su comida. En medio del alborozo, el extraño se escabulló silenciosamente, dejando tras sí la milagrosa piedra de sopa, que ellos podrían usar siempre que quisieran hacer la más deliciosa sopa del mundo.

(Cuento tradicional checo)

paloma de la paz, dia de la paz y no violencia

Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron. El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas placidas montañas que lo rodeaban. Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura pensaron que reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua, que no revelaba nada pacífico.

Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, vio tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir del la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito...

¿Paz perfecta...?

¿Cuál crees que fue la pintura ganadora?

El Rey escogió la segunda.

¿Sabes por qué?

"Porque -explicaba el Rey- Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz."

(La Paz perfecta, anónimo)