20 diciembre, 2007

Diego Manzano Yugo,
6º de Primaria.

Ayer apareció muerto el copista de la ciudad. Decían que le había asesinado un familiar; pero yo creo que es por envidia, ya que era el mejor copista del país.
Cuando fui al monasterio, le encontré muerto en el suelo con un vaso que tenía veneno. Era amigo mío y me caía muy bien, así que pensé que debería investigar el caso.
- ¿Eres tú el único que está aquí? -pregunté al mayordomo.
- Sí -me respondió.
En ese momento supe que había sido él y le puse las esposas. Después, le mandé a comisaría.
No, si al final voy a servir para detective...

2 comentarios:

ADRY dijo...

Está muy chulo y tiene sustancia, me refiero a que tiene intriga con solución y después estás pensando en algo serio y viene lo de que vale hasta para investigador, le ha metido algo bastante de risa.

Rosalía dijo...

Gracias por el comentario, Adry. Yo he pensado lo mismo cuando lo leí. Ha sido un desenlace tan sencillo que, al principio, me ha costado darme cuenta de la intención del autor.
Por cierto: como no he podido publicar un texto tuyo, si quieres, déjamelo aquí mismo, en esta misma página (de comentario del de Diego) y te lo colgaré en el blog lo antes posible.
Pepe.